jueves, 9 de junio de 2022

La vida: realidad radical



-César Canela, MA- 

Publicado en Ecos del Yuna, Periódico Local de Bonao, Rep. Dominicana. 
Mayo 2022 - Año 36. Edición 50 de Secunda Etapa. Pág. 13 
Publicado en Foro Escrito (Junio 1, 2022): 

Una mirada desde el raciovitalismo

 

«Yo soy yo y mis circunstancias, 

y si no la salvo a ella, 

no me salvo yo».[1]

 


En 1923, José Ortega y Gasset publicó los temas: «Relativismo y Racionalismo» y «Cultura y vida» que aparecen en El tema de nuestro tiempo[2]. Un año más tarde, en otubre de 1924, para la Revista de Occidente, publicó un artículo titulado: «Ni Vitalismo Ni Racionalismo»[3]. Estos ensayos filosóficos sirven de introducción al Raciovitalismo, postura que el autor[4] defenderá hasta su muerte en 1955.

 

Esta postura filosófica del pensador español es el resultado de una larga trayectoria de pensamiento que pasó primero por el Objetivismo y el Perspectivismo[5] antes de llegar al Raciovitalismo. Aunque Ortega supera algunos de sus planteamientos defendidos en sus etapas filosóficas anteriores, la esencia de su pensamiento filosófico sigue presente en el raciovitalismo.

 

En principio el raciovitalismo se nos presenta como una crítica al vitalismo, al racionalismo, al realismo, al idealismo y al relativismo. Ortega y Gasset, define, en primer lugar, lo que se entendía por vitalismo en su época, mostrando que este concepto es sumamente problemático porque tiene diversas acepciones que van desde el biologismo hasta la irracionalidad de la «intuición»[6] como forma fundamental para conocer. Estas acepciones coinciden en defender que la razón no es el camino principal para llegar al conocimiento, sino que, para el conocimiento, existen otros caminos meramente instintivos que pueden llevarnos a la verdad[7], es decir, una reducción de toda la realidad a «interpretaciones», dándole el mismo valor a los juicios falsos y a los verdaderos como sostiene Nietzsche en Más allá del bien y del mal[8].


Existe otro vitalismo que afirma a la razón como lo único valioso porque de ella emana el conocimiento, dicha doctrina hace una contraposición entre lo racional y lo irracional[9].  Este vitalismo no es más que una reproducción de la razón matemática[10] que nace del «cogito ergo sum»[11] que propuso, hace siglos, Descartes. Esto significa que coincide en esencia con el racionalismo porque reduce todo lo humano a la razón pura.

 

Ortega y Gasset critica a las demás corrientes vitalistas porque sostienen que la razón no sirve para explicar nada; para ellas, la realidad sólo encuentra su explicación cuando es vivida inmediatamente. La vida humana queda desprovista de la razón y los procesos de la vida sólo tienen sus explicaciones en hechos vividos en lo inmediato. Esta corriente parece ser inmediatista porque no considera a la historia como parte de la vida y asume que el conocimiento sólo adquiere su valor en el aquí y ahora de espaldas a la historia. Ortega no comparte esta visión porque despoja a la vida de la razón vital y de la razón histórica[12]Ortega y Gasset argumenta que el hombre es hoy lo que ha sido en la historia y lo que será depende de su proyecto vital, es decir, que tiene un pasado y tendrá un futuro que se manifiesta en la vida como realidad radical.

 

Ortega y Gasset afirma que el racionalismo es antihistórico porque ignora los tiempos del pasado y el presente: da escaso valor a la vida como sucesión de acontecimientos histórico[13]. Significa que esta corriente filosófica concibe a la realidad desde el acto arbitrario del pensamiento que atrapa a los hechos en cuestiones meramente abstractas desde la cuales deben regirse todas las cosas[14]. En otras palabras, el racionalismo planteado por Descartes se propuso declarar como dudosa toda idea o creencia que no haya sido construida en esa intelección pura, la cual es lo mismo que el mos geometricus* de Spinoza y la Razón Pura de Kant[15].

 

El idealismo kantiano, nacido de la Razón Pura, presenta al ser humano como un ente fuera del espacio y del tiempo, afirmando, por el contrario, que tanto el espacio como el tiempo son atributos de la mente humana, es decir, que toda la realidad depende del pensamiento.[16] El idealismo sostiene que no hay nada fuera de la mente, o sea, solo existe lo que puede ser pensado. Esta afirmación agudiza los errores que inició Descartes.

 

Estas críticas de Ortega y Gasset sobre el racionalismo y el idealismo no deben ser entendidas como una oposición a la razón, sino a los planteamientos absolutistas que van en contra de la vida: el yo y las circunstancias. La razón que defiende Ortega es aquella que se manifiesta en la vida. Por otro lado, la crítica al idealismo tampoco desemboca en el realismo, porque éste último, aunque contrario al primero, es también erróneo porque asume que la realidad existe objetivamente sin intervención del sujeto. Como no existe la razón pura menos aún existe la realidad pura independiente del sujeto. Existe una correlación entre el yo que piensa y las circunstancias, pero no de modo dualista sino de realidad concreta e inseparable.[17]

 

Ortega y Gasset destaca que en el vitalismo, en el racionalismo, en el idealismo como en el realismo existen extremos muy peligrosos que dificultan el acercamiento a la verdad. El pensamiento orteguiano rechaza las corrientes antes mencionadas por ser estas contrarias a la vida; sin embargo, igualmente rechaza al relativismo por considerarlo un exceso de la vitalidad y un suicidio de la razón porque asume que no hay verdad ninguna. 

 

El relativismo es una pose de imparcialidad que es, al final, un escepticismo que no se sostiene ni a sí mismo porque, al asumir que no hay verdad, conducen a la vida humana hacia el absurdo. La vida humana sin la verdad es vacía porque ella necesita de unos criterios que le den estabilidad. La negación de la verdad es un suicidio vital[18].

 

En definitiva, el raciovitalismo queda resumido en la frase «yo soy yo y mis circunstancias, y si no la salvo a ella no me salvo yo». La vida es la realidad radical desde la cual el hombre experimenta la historia y en ella y desde ella es donde él desarrolla su cultura, satisface sus necesidades-humanas a través de la técnica[19]. El raciovitalismo desde la vida como realidad radical distingue que hay ideas y creencias[20]sabiendo que en las creencias se vive y que las ideas no son absolutas y, por lo tanto, falsables según el planteamiento de K. Popper[21].

 

¡Qué la filosofía les acompañe!

Fraternalmente, César Canela






[1] Ortega y Gasset, J. (1968). Meditaciones del Quijote. Artes Gráficas Grijelmo. Bilbao. Pág. 50

[2] Ortega y Gasset. J. (2020). El tema de nuestro tiempo. Espasa Libro, S.L. Madrid. Págs. 80-97.

[3] Cfr. Ortega, J. (1924). Ni vitalismo ni racionalismo. Revista de Occidente, (16), 1-16. Madrid.

[4] Ortega, aunque es conocido como literato es uno de los filósofos más influyentes de la filosofía hispánica. 

[5] Cfr. Ferrater Mora, J. (1958). La filosofía de Ortega y Gasset. Traducción de María Raquel Bengolea. Editorial SUR, SRL Buenos Aires. Págs. 11-13: Ortega y Gasset ha atravesado tres etapas: Objetivista (1902-1914), Perspectivista (1914-1923) y Raciovitalista (1924-1955). 

[6] Cfr. Ortega y Gasset. J. (2020). Op. Cit. Pág. 161

[7] Cfr. Ibid. Págs. 154-157

[8] Cfr. Nietzsche, F. Obras selectas. Edimat Libros, S.A. Madrid. Págs. 261-437

[9] Cfr. Ortega y Gasset. J. (2020). Op. Cit. Pág. 157

[10] Cfr. Vial Larraín, J. D. D. (1997). ¿Es Descartes un racionalista? Revista de Filosofía (PP. 45-57). Pág. 56: En esta razón, Descartes reduce la realidad a las matemáticas.

[11] Descartes, R. (1994). Principia philosophiae (Vol. 1). ex typographia Blaviana... Sumptibus Societatis. Pág. 2: [...] cogito, ergo sum, est omnium prima & certissima [...]», que significa «pienso, luego yo soy, es de todas las cosas lo primero y lo más cierto». (fragmento traducido por mí) 

[12] AA. VV. (1976). José Ortega y Gasset (1883-1955) en Diccionario de Filosofía Contemporánea. Recuperado en 31/05/2022, de https://www.filosofia.org/enc/dfc/362b.htm

[13] Cfr. Ortega y Gasset. J. (2020). Op. Cit. Pág. 82 y 86

[14] Cfr. Ibid. Pág. 168

* Para este método la realidad depende de los dispositivos de la razón.

[15] Cfr. Ibid. Pág. 85

[16] Cfr. Ortega y Gasset, J. (2006). El tema de nuestro tiempo: prólogo para alemanes. Revista de Occidente en Alianza Editorial. Pág 51

[17] Cfr. Marías, J. (1948). Ortega y la idea de la razón vital. Colección «El viento sur». Madrid. Pág. 29

[18] Cfr. Ortega y Gasset. J. (2020). Op. Cit. Pág. 81

[19] Cfr. Ortega y Gasset, J. (1939). Ensimismamiento y alteración: meditación de la técnica. Espasa-Calpe, S.A.

[20] Cfr. Ortega y Gasset, J. (1942). Ideas y creencias.  Revista de Occidente. Madrid.

[21] Pinto, A. M. (2009). Ortega y Gasset y la crítica de la razón científica. Brocar: Cuadernos de investigación histórica, (33), 195-224. Pág. 223: la filosofía de Ortega y Gasset se encuentran importantes rasgos de la filosofía de la ciencia que nacen de su raciovitalismo. 

* Imagen del final: Martín Luengo, M. (1999). José Ortega y Gasset. Ediciones Rueda J M, S.A. Madrid. Pág. 53

jueves, 26 de mayo de 2022

Poesía y Filosofía


-César Canela, MA- 

Publicado en Ecos del Yuna, Periódico Local de Bonao, Rep. Dominicana. 
Abril 2022 - Año 36. Edición 50 de Secunda Etapa. Pág. 13
Publicado en Foro Escrito (Mayo 26, 2022): 


La técnica como causa agente del lenguaje 
y el lenguaje como canal principal de la filosofía y la poesía

 

 

«La poesía es, a veces, incluso más filosófica 
que la filosofía, la metafísica es, por su naturaleza, 
incluso más poética que la poesía». -Joseph Joubert.

 

 

Reflexionaremos brevísimamente sobre la relación que existe entre filosofía y poesía. Para empezar, es importante partir de la idea de que el ser humano es un ente creativo, es decir, su vida sólo puede realizarse más allá de lo naturalmente dado. Decir que el hombre es creativo, es lo mismo que decir que es un ser técnico, que crea unas condiciones vitales que no sólo le permiten estar sino bienestar, es decir, que construye, diseña y concibe unas herramientas para distintas cosas —cazar, comer, transportarse, cobijarse…—.  Esa habilidad técnica trae consigo la realización del fuego para protegerse del frío, de las bestias, etc. sin embargo, estos actos técnicos no están solos, sino que van acompañado —desde siempre— por la necesidad comunicativa que tienen los seres humanos, que según Aristóteles son animales políticos[1] por naturaleza

 

Esto quiere decir que al ser humano, no le basta resolver sus necesidades naturales, sino que surgen el deseo de pintar las paredes de la cueva siendo esto evidencia de la necesidad que tiene de transmitir ideas, métodos y convicciones. A la vez, no se sabe como, desarrolla modos de comunicación simbólicos, auditivos, visuales que en principio eran solo para la supervivencia, luego se van desarrollando para transmitir órdenes, afianzar su voluntad de poder y organizar el clan. Todo este proceso dio origen al acto técnico del habla, allí empieza la poesía y, con ella, la filosofía.  

 

Al hombre primitivo, no le fue suficiente cantar las hazañas de sus hallazgos, de sus inventos, de sus descubrimientos, sino que quería expresar sus sentimientos a través de la palabra, describir el mundo físico o suponer al mundo metafísico, por lo que fue dando origen, a lo que Spengler llamó técnica de la gramática, técnica de la formación de oraciones y cláusulas[2]“La finalidad primitiva del lenguaje es la ejecución de un acto”[3], que en principio era solo oral y luego se convierte en escrito.[4]

 

La escritura, hace que la palabra cantada, pierda su condición “pasajera” y empieza a “eternizarse”. El canto de las historias también se convierte en mito, en religión, en poesía y en filosofía. La filosofía y la poesía están presentes en todos los fenómenos humanos, desde la palabra pensada hasta la palabra hablada.

 

El ejercicio de la poesía y la filosofía, dio origen a varios grupos de personas, las que se dedicaban a cantar las hazañas de los héroes fueron llamadas poetas y a los que se dedicaron a describir el mundo se les llamó filósofos, el método era el mismo: la admiración.

 

María Zambrano[5], en su texto “Filosofía y Poesía” (1939), es la primera que hace un recorrido histórico con los conceptos “filosofía” y “poesía”. A través de la Razón Poética, muestra el valor de la poesía en el pensamiento humano. Su análisis es una crítica que va desde el pensamiento platónico hasta la modernidad. En su recorrido defiende que lo humano está compuesto, en todo momento, por poesía y filosofía. 

 

A partir de las ideas de Zambrano, nos trasladamos al siglo VI d. C, citando el texto de Simplicio de Cicilia, donde el autor muestra las categorías del Ser que ya había presentado Parménides mil años atrás:

 

«Y del camino ya sólo queda un solo relato: que es.

Y para éste hay muchísimas señales

de que lo que es no engendrado e imperecedero.

Pues es integro, inmóvil e infinito

ni fue ni será, pues es ahora todo al mismo tiempo,

uno solo, continuo […]».[6]

 

Este texto de Simplicio es un poema, de eso no hay duda. Curiosamente, este texto medieval es uno de los tantos que sirven de referencia para analizar al Ser, insinuando la icónica frase de Parménides: “El ser es y el no ser, no es”, idea que sirvió al pensamiento Escolástico medieval y a la Metafísica más reciente presentada por Heidegger en el siglo XX. Esto deja evidenciado que entre poesía y filosofía existe una relación bastante cercana desde tiempos prehistóricos hasta hoy. Sin embargo, nos surge la pregunta, ¿en qué momento los filósofos quisieron separar la filosofía de la poesía? 

 

María Zambrano, nos dice que es Platón, en su texto “La República” que expulsa de la filosofía a los poetas y, con ellos, a la poesía.[7] Como Platón fue una autoridad intelectual, se instaló la idea de que la filosofía es el ejercicio de la razón y la poesía es, solamente, una expresión de los sentimientos, por lo tanto, ambas cosas deben mirarse en escenarios distintos.

 

Esa dualidad entre filosofía y poesía suele asentarse en la modernidad porque no sobran pensadores que, en su afán de trazar las fronteras entre lo racional, entre los hechos positivos, la verdad demostrable y la expresión literaria. Nos pretenden presentar a la racionalidad por un camino y al arte por otro. Aunque parezca esto racionalmente fundamentado, es un peligro porque la dimensión humana es integral y ambos aspectos son elementos sustanciales de la naturaleza humana. 

 

María Zambrano, nos dice: «[…] hoy poesía y pensamiento se nos aparecen como dos formas insuficientes; y se nos antojan dos mitades del hombre: el filósofo y el poeta. No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se encuentra la totalidad de lo humano en la poesía. En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, individual. En la filosofía al hombre en su historia universal, en su querer ser. La poesía es encuentro, don, hallazgo por gracia. La filosofía busca, requerimiento guiado por un método.»[8]

 

Estas ideas de la autora española nos presentan a la Razón Poética, el método gnoseológico para encontrar la verdad, partiendo los criterios de la filosofía y de la poesía. La poesía y la razón se requieren una a la otra, la poesía es el pensamiento supremo que nos ayuda a captar la realidad de cada cosa, en los aspectos fluyentes y la heterogeneidad del ser.[9] La poesía es con la filosofía el camino seguro al conocimiento de la verdad. Desde la filosofía podemos descubrir al hombre entero que vive a lo largo de la historia como sujeto universal, mientras que desde la poesía se encuentra al hombre concreto, al que vive aquí y ahora, que es su yo y sus circunstancias que se encuentra inmerso es su Realidad Radical, como diría Ortega y Gasset. 

 

Aunque la filosofía nos muestra al hombre universal, está tiende hacia el interior, hacia al individuo, mientras que la poesía tiende hacia la comunidad, como lo afirma Zambrano: «Será imposible el que no veamos en la poesía una integridad lograda mayor que en la metafísica; imposible que no veamos en ella el camino de la restauración de una perdida unidad. Imposible también, el que no la sintamos como la forma de la comunidad […]» [10]

 

La poesía es filosofía envuelta en el misterio de la palabra que requiere ser descifrada, interpretada y que nos obliga a hacer un ejercicio racional que va más allá del texto. La poesía se niega a ser prisionera de la superficialidad y nos hace nadar a aguas profundas del pensamiento. 

 

Es muy difícil trazar las fronteras entre la filosofía y la poesía porque estas se desdibujan a lo largo del tiempo. La racionalidad desarrolla métodos filosóficos y la poesía los presenta. La filosofía nos ayuda a entender los fenómenos de la existencia y la poesía los nombra, los canta, los cuenta, los vive. 

 

Al final nos surgen las siguientes preguntas: ¿qué es la razón humana sin la poesía? ¿qué sería del funeral sin el canto que despide al muerto? ¿qué sería la poesía sin la metafísica? ¿Cómo sería la filosofía sin la poesía? ¿Habría cultura sin poesía? Aunque estas preguntas sirven para reflexionar, en vano las hacemos, porque la vida humana no hubiera llegado a ser lo que es sin la poesía de la razón, que es la filosofía; y sin la filosofía del verso, que es la poesía.


¡Qué la filosofía te acompañe! ¡Un fuerte abrazo!

 

Fraternalmente,

César Canela 

 



[1] Nos referimos a animal político en términos aristotélicos, es decir, un ser que sólo puede desarrollarse en la polis, organizado.

[2] Spengler, O. (1934). El hombre y la técnica: contribución a una filosofía de la vida (García Morente, M., Trad.). Espasa-Calpe, Madrid. Pág. 68

[3] Ibidem.

[4] Resultaría interesante analizar la relación que existe entre la poesía y la escritura pero esto no es lo que nos ocupa ahora

[5] Ella será el eje principal de esta ponencia porque es como faro de luz que nos ha iluminado a toda la humanidad para hacer una negación segura desde la filosofía sin olvidar a la poesía. 

[6] Cardona, Francesc Ll. (2021). Textos presocráticos: Heráclito. Parménides. Empédocles. (Del Pino, M., trad.). Ediciones Brontes. (Obra original publicada en 2016 en alemán con el título “Die Fragmente Vorsokratiker”).  Barcelona. Pág. 54

[7] Cfr. Zambrano, M. (1996). Filosofía y Poesía. Fondo de Cultura Económica. Distrito Federal de México.

[8] Ibíd. Pág. 13

[9] Cfr. Ibíd.

[10] Ibíd. Pág. 97

viernes, 1 de abril de 2022

La ridiculez del filósofo

- César Canela, MA-


Publicado en Ecos del Yuna, Periódico Local de Bonao, Rep. Dominicana. 

Febrero - Marzo 2022 - Año 36. Edición 49 de Secunda Etapa. Pág. 13

Publicado en Foro Escrito (Agosto 9, 2022): 

https://foroescrito.com/2022/08/09/la-ridiculez-del-filosofo/

 

«Observo, en efecto, que para saber si un
alma está bien o mal es preciso poseer tres
cualidades que tú reúnes: la ciencia, la
bondad y la franqueza.» [Sócrates]
[1].

 

Desde siempre la filosofía ha padecido el desprecio de distintos sectores, unos la han rechazado porque entienden que es una actividad inútil, otros porque le temen a la profundidad, también porque sus argumentos suelen ser, a veces, molestosos y contracorriente, mientras que otros simplemente la rechazan porque prefieren la sensualidad que produce la ultrapositividad de las ideas light[2] y la superficialidad de muchos textos llamados de superación personal. Otras personas, simplemente, quedan fuera del ambiente filosófico porque no han tenido la oportunidad de explotar su sed de conocimiento.
 
Prueba de la antigüedad de este desprecio de la filosofía se encuentra en los los «Diálogos de Platón», especialmente, en las conversaciones que sostiene Callicles con Sócrates. Es evidente que este contexto, igual que hoy, se prefería la retórica el hablar bonito sin importar la verdad, de hecho, lo único valioso es que el discurso llegue, ser escuchado y ser reconocido en un mundo hambriento de poder.


«Te confieso, Sócrates, que la filosofía es algo muy divertido cuando en la juventud se la estudia con moderación, pero si se prolonga su estudio más tiempo del preciso se convierte en una plaga de la humanidad. Porque por grandes que sean las dotes con que la naturaleza haya adornado al hombre, si éste en una edad ya adelantada continúa filosofando tiene por fuerza que carecer de la experiencia de todo lo que no debe ignorar el hombre que quiera ser una persona bienquista y distinguida. […] Conviene tener un barniz de filosofía […]. Pero seguir filosofando a la edad viril me parece ridículo, Sócrates. […] La cosa me parece ridícula, indecente […] y merecedora de unos latigazos. Esta es mi manera de pensar acerca de los que se ocupan de la filosofía».[3]


Suele pensarse que el problema de la posverdad[4] es un problema de la modernidad, ya los sofistas en la Grecia antigua se preocupaban exclusivamente por hacer un buen discurso en vez de presentar la verdad. Me atrevo a afirmar que ese problema también ocurría en todo el mundo porque en todas las culturas y en todos los pueblos ha habido personas preocupadas por el pensamiento que están siempre enfrentadas a los manipuladores de la verdad. 

Curiosamente, quiénes son enemigos de la filosofía suelen dedicarse a las actividades políticas, sólo unos pocos de los que incursionan en la política hacen filosofía. El poder se sirve del discurso, a la gente se le dice únicamente lo que quiere escuchar. Para estar personas lo más importante es el parecer, discípulos de los sofistas, que se creen listos por aplicar lo que Maquiavelo bien presento: el gobernante no tiene que ser bueno, basta con que lo parezca. Con esas artimañas controlan el escenario social y aconsejan del mismo que Callices a Sócrates:


«Créeme, pues, querido amigo, deja tus argumentos, cultiva lo bello, ejercítate en lo que te dará la reputación de hombre hábil y abandona a otros estas vanas sutilidades que sólo tratan de extravagancias o puerilidades y que terminarán por reducirte a la miseria; propónte por modelos no a esos que disputan con estas frivolidades, sino a las personas que han conquistado fama y riquezas y que gozan de las otras ventajas de la vida»[5].


Los filósofos suelen ser ridículos en las sociedades de la posverdad porque éstos viven preocupados por cosas inútiles como la metafísica, la moral, el ser, la vida, la religión, el mito, la existencia. No se limitan a la razón cientificista e intentan dar respuestas holísticas a un mundo que sólo es capaz de soportar un solo relato, el relato del poder hegemónico. Al final no importa quien tenga el poder, las operaciones del poder seguirán los mismos criterios de control, cambia el amo pero la estrategia sigue siendo la misma.
 
La presentación de ideas suele ser una actividad ridícula porque va contracorriente y para eso está el filósofo porque su misión es la ridiculez.[6] No se crea que es una cosa tan fácil cumplirla. Requiere una especie de coraje que ha solido faltar a los grandes guerreros y a los más grandes atroces revolucionarios. Éstos y aquéllos han solido ser gente bastante vanidosa y se le encogía el ombligo cuando se trataba, simplemente, de quedar en ridículo. De aquí que convenga a la humanidad aprovechar el heroísmo peculiar de los filósofos.”[7] El ejercicio filosófico debe ser un compromiso primero con la verdad que con la amistad, la filosofía es un ejercicio que va en camino contrario a la vanidad, sin miedo al desprecio. 
  
En definitiva, la ridiculez del filósofo consiste en criticar al poder hegemónico, enfrentar a la religión dogmática, dejar al descubierto la complicidad que tienen los medios de comunicación con el que puede pagar más y beber la cicuta[8] por vocación a la verdad.


                 


Referencias:


[1] Platón. Obras selectas : La República.- Diálogos: Górgias, Fedón y El banquete. (Márquez, F., trad. y prolg.)  Edimat Libros, c2000. Madrid. Pág. 479


[2] “Que ha perdido gran parte de sus caracteres esenciales”. Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. Recuperado 24/02/2022 de https://dle.rae.es/light


[3] Platón. Op. Cit. Pág 476-477


[4] “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. Recuperado 24/02/2022 de https://dle.rae.es/postverdad?m=form 


[5] Platón. Op. Cit. Pág. 478


[6] Cfr. Ortega y Gasset, J. (1994). Ideas y Creencias.Obras Completas. Tomo I. Alianza Editorial. Pág. 396


[7] Ibíd. Pág. 396


[8] Veneno con el que fue condenado Sócrates por vocación filosófica. Cfr. Platón (2003). Diálogos. Obra completa. Volumen I: Apología. Critón. Eutifrón. Ion. Lisis. Cármides. Hipias menor. Hipias mayor. Laques. Protágoras. Madrid: Editorial Gredos.


martes, 31 de agosto de 2021

La necesidad de aprender Criollo Haitiano: un asunto delicado pero necesario

- César Canela, MA-


Publicado en Ecos del Yuna Periódico Local de Bonao, Rep. Dominicana. Julio, 2021

 

 

«La verdad, lo real, el universo, 

la vida ―como queráis llamarlo– 

se quiebra en facetas innumerables, 

en vertientes sin cuento, cada una de 

las cuales da hacia un individuo»[1]

J. Ortega y Gasset.

 

La lengua es un herramienta que hemos desarrollado las personas a lo largo de la historia para transmitir nuestra cultura, para comunicar verbalmente las técnicas de supervivencia y, además de eso, para expresar nuestras ideas. Esto evidencia, que la comunicación lingüística es importantísima, Wittgenstein[2], en un momento de su vida, afirmó que «los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo»[3]. En otras palabras, es imperante aprender a utilizar nuestra lengua para comunicarnos con claridad, pero también es importante estudiar la lengua del próximo más cercano, del otro, para dialogar asertivamente con él e ir rompiendo las barreras comunicaticas y los prejuicios negativos que pudieran existir mutuamente.

 

Me preocupa que los dominicanos le temamos a la enseñanza del creol haitiano porque esto supuestamente lacera la independencia y pone el país ante una fusión con haití. Debemos hacer una revisión seria de nuestras convicciones nacionales en pro de desinstalar las ideas antihaitianas que se ven reflejadas en muchas conductas de la vida diaria. Es normal que nos preocupe la autodeterminación de nuestra nación de cara a los haitianos y a su deficiente realidad política, social y económica, pero también debe preocuparnos, en la misma medida, la injerencia de las grandes potencias mundiales, especialmente, Estados Unidos de América y la República Popular China, quiénes, con “caballos de troya”, se disputan la  influencia en la región del Caribe. Sin embargo, como el tema no es de geopolítica internacional, prometo abordarlo en otra oportunidad. 


Foto tomada de https://idominicanas.com/


Volviendo al tema que nos ocupa, es importante que en nuestro país, República Dominicana, se continúe fomentando, de forma optativa, la enseñanza del criollo haitiano (creole)[4], en ese sentido, la Universidad de Santo Domingo[5] y el Centro Bonó son referentes positivos.. Algunos pudieran afirmar que el fomento de esta lengua no es necesario porque en Haití se habla francés y ya en el sistema educativo dominicano se promueve el apredizaje del francés, aunque pudieran tener razón en una parte pero es importante destacar que gran parte de los haitianos no hablan francés porque la lengua predominante es el criollo haitiano.

 

Según De León Alvarez, el criollo haitiano es la lengua que habla el 80% de la población de nuestro vecino país, Haití. Aunque se habla el francés en dicho país, esta lengua permanece como lengua propia de una élite y que no representa el sentir de toda la realidad del país. Aunque Haití se considere como un país bilingüe, el criollo haitiano es la lengua con las personas comunes transmiten sus ideas y viven sus creencias.[6]

 

Esto significa que, para tener una comunicación más cercana con ellos necesitamos aprender el criollo haitiano. Esto no quiere decir que vamos a sustituir nuestra lengua oficial -el español-, tampoco significa que nuestra propuesta pretenda promover una enseñanza obligatoria del criollo haitiano, lo que proponemos es una enseñzanza optativa como una forma de aumentar las posibilidades de comunicación con nuestros vecinos más cercanos. En primer lugar, es importante entender como se comunican quiénes están más próximos a nosotros porque pudiera traer consecuencias positivas en torno a las relaciones bilaterales. Comprender nuestros aspectos inculturales y poner en su justo lugar cada uno de las dimensiones que nos identifican. 

 

Otra razón importantísima es términos económcios, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana publicó este año un informe evidenciando que   «los principales destinos de las exportaciones para el 2019 fueron Estados Unidos US$5,25.9 millones, Haití US$ 826.6 millones, Suiza US$784.1 millones, Puerto Rico US$501.3 millones, India US$420.9 millones. En cuanto al período enero-septiembre 2019 – 2020 las exportaciones totales de la República Dominicana fueron de US$7,147.1 […] los principales socios comerciales se muestra a Estados Unidos US$3,467.8 millones, Suiza US$791.2 millones, Haití US$532.9 millones, Puerto Rico US$367 millones, Canadá US$351.4 millones».[7]

 

Algunos de los lectores pudiera contra argüir que en esa lógica comercial deberíamos fomentar también el aprendizaje de las lenguas habladas en los países que son principales socios comerciales, sin embargo, ya se hace con el inglés que es la lengua del comercio internacional. Por otro lado, el asunto con Haití es diferente, es nuestro, vecino y lo menos que debemos hacer es conocer su modo de comunicación de forma cercana para mejorar nuestra relaciones bilaterales.

 

Pudiera ayudarnos, la situación de que los países europeos fomentan el aprendizaje de las lenguas de los paises que la componen, especialmente de los países que hacen frontera, porque es un elemento sumamente importante para mantener la unidad en un mundo en donde muchas cosas dependen de las alianzas culturales, políticas y sociales de los países. 

 

Mucho cuidado con confundir lo que presento con tildar mi buena fe con otras cosas que no vienen al caso y que decido no mencionar. Conozco los aspectos culturales que envuelven a la República Dominicana y, muchos de ellos, marcan diferencia con nuestro vecino, Haití. El mismo cuidado que proponen tener con el criollo haitiano es el mismo que se debe tener con las demás lenguas extranjeras. Estas son un instrumento de comunicación y de transferencia cultural que no puede fomentarse en detrimento de la dominicanidad. Dejo aclarado que me apasiona la riqueza cultural recibida de nuestras particulares mezclas históricas, sin perder de vista, algunos aspectos que nos ponen en relación con nuestro vecino país.

 

A mi juicio, los dominicanos, además de nuestra bella lengua materna, deberíamos hablar fluidamente el criollo haitiano y el francés, por nuestros vecinos; y el inglés para la comunicación internacional. Sin lugar a dudas que la continuación del fomento del aprendizaje del criollo haitiano será un faro de luz que nos ayudará a conocer, con menos prejuicios, la cultura del país vecino y podría ser un precedente positivo en pro de una convivencia respetuosa frente a nuestra diversidad.

 

Finalmente, dejo a juicio del lector las críticas o preguntas que considere necesarias[8] para seguir enriqueciendo el planteamiento presentado en pro de construir un pensamiento dominicano inclusivo y coherente de cara a nuestra historia sin despreciar ningunos de los elemtentos influyentes. 

 

Un fuerte abrazo. ¡Qué la filosofía te acompañe!



Referencias


[1] José Ortega y Gasset, El Espectador, I. (Obras Completas, vol. II, Alianza Editorial)

[2] Wittgenstein: Fue un filósofo, linguísta, matemático y lógico. Autor de la obraTractatus Logico-Philosophicus, la cual criticó tiempo después. Para este filósofo el «mundo» es la totalidad de los hechos no de las cosas. 

[3] Este aforismo está en el texto Tratatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein. El autor se refiere al lenguaje en un sentido amplio, más allá de un idioma. Lo citamos aquí entendiendo la distancia conceptual que presenta el autor. 

[4] Generalmente, nos referimos a esta lengua como «creol» o «creole», sin embargo, es incorrecto llamarlo así porque la traducción literal de la palabra es «Criollo» y puede referirse a cualquier lengua mixta que se desarrolló en América. Por eso es importante referise a la lengua de Haití como «criollo haitiano». Además, es importante decir que esta lengua surgió como modo de comunicación entre esclavos que habitaban esas tierras preindependencia haitiana. Ese modo de comunicación fue un simbolo de libertad y de autodeterminación para la occidental de la isla de Santo Domingo, hoy Haití.

[5] Cfr. Peguero, A. (Mayo 28, 2017). «El flujo migratorio haitiano obliga aprendizaje de créole». Listín Diario. Recuperado 13/08/2021 de https://listindiario.com/la-republica/2017/05/28/467770/el-flujo-migratorio-haitiano-obliga-aprendizaje-de-creole

[6] De Leon Alvarez, J. (Enero, 2007).   La Francofonía y el mundo francófono: Haití. Recuperado 11/08/2021 de http://humanidades.uprrp.edu/francofonia/haiti.html

[7] Estado Dominicano. Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) y ProDominicana. Plan de Promoción Comercial 2021. Recuperado 11/08/2021 de https://www.mirex.gob.do/pdf/plan-pro-dominicana-2021-8-5-11.pdf

[8] Yo pienso que la verdad es una actividad perspectiva que vamos enriqueciendo en el diálogo con los demás.


Foto tomada del enlace https://idominicanas.com/foto-de-boda-entre-dominicana-y-haitiano-muestra-el-amor-no-tiene-fronteras/