viernes, 30 de noviembre de 2018

Lo que puedo decir antes de los 30: reflexiones de un filósofo

- César Canela, Mg. -

“Los sentimientos que fuimos madurando 
en nuestro interior, las pasiones cuyo fuego 
conservamos, las acciones deliberadas, 
decididas y ejecutadas por nosotros, 
todo lo que procede de nosotros 
y es verdaderamente nuestro, comunica 
a la vida su desarrollo dramático 
y generalmente serio”
Henri Bergson (La Risa, 1899)


Como he dicho en otras ocasiones, fui sacado del vientre de mi madre -literalmente- el último día del mes de noviembre del año 1989. Me siento muy bien de haber nacido ese año porque soy de la generación que ha vivido en cuatro décadas antes de cumplir 30 años -viví el final de los 80, la década de los 90, la década del 2000 y estoy viviendo la década del 2010-. He desarrollado una concepción amplia de la vida. No es que haya vivido muchos años, pero entiendo que he vivido lo suficiente para asumir algunas convicciones filosóficas, sociales, políticas. He aprendido que vivir no es una tarea tan fácil como la pintan, vivir implica más que respirar, vivir es un esfuerzo humano, únicamente humano, es lo que nos diferencia de los demás seres de la naturaleza, los demás seres sólo existen, no viven. Me atreveré a plantear doce ideas, no diez, que me han ayudado a vivir estos 29 años:


1. “Avergüénzate de morir hasta que no hayas conseguido una victoria para la humanidad” (Jürgen Habermas). Esta frase se quedó en mi memoria porque me hizo detenerme en la importancia de vivir y, sobre todo, me hizo detenerme en los aportes que dejaré a mi país durante la temporalidad de mis años. Muchos piensan que una victoria para el mundo es, únicamente, realizar grandes estudios, tener una vida política o social muy influyente, convertirse en alguien “importante” por sus acciones positivas. Sin embargo, en estos 29 años considero que una victoria para el mundo es manejarse con humildad, salvando siempre la dignidad de las personas, evitando etiquetarlas, valorarlas y atender a todos con cortesía; también es una victoria para el mundo saludar con atención y respeto,  brindar un gesto amoroso a un amigo, a un vecino, a un niño, a un desconocido… Estos detalles son tan poderosos que pueden crear, en los lugares donde frecuentamos, un ambiente más favorable en pro de la visión humanista que tanto se ha perdido.

2. Es muy importante estudiar y ganarse el respeto de los demás. A pesar de todo eso, hay que saber que los títulos son sólo adornos de la persona que no se les pueden dar demasiada importancia porque alimentan el ego. Toda cosa que alimente el ego es dañina para el ser humano porque hace que éste se ensimisme, lleva a que este aliene, que se crea centro del universo y que no pueda cooperar en la tarea social de lucha por el bien común. Para fortalecer este elemento podemos tomar el ejemplo de Sócrates, a quien los atenienses consideraban el más sabio de Grecia y él en su humildad respondió sabiamente con la frase más conocida y emblemática de la filosofía: “yo sólo sé que no sé nada”. Esta declaración de sincera humildad le valió el derecho de ser recordado a pesar de los años.

3. El arte, el deporte, el silencio, la meditación y la buena lectura, son el camino para conseguir una vida feliz. Estos hacen que el ser humano se encuentre consigo mismo. Partiendo de mi experiencia, los momentos que más he gozado de felicidad han sido aquellos cuando he hecho música, cuando he pintado, cuando he hecho deporte, cuando me he detenido a pensar sobre mi vida y cuando he encontrado buenas lecturas. El ruido, la ignorancia, la falta de deporte y la ausencia  de arte son raíz de muchos males en el mundo.

4. Dormir demasiado es ensayar a morir. Las personas deben procurar dormir solo lo suficiente porque el dormir en exceso hace que el espíritu se haga débil y perezoso; además, cuando uno está durmiendo uno pierde la conciencia del mundo y entra en un proceso muy parecido a la muerte porque no estamos teniendo una participación activa de los acotamientos que van ocurriendo. Se debe hacer el esfuerzo de dormir lo necesario para vivir y aprovechar el breve tiempo de nuestra vida en algo edificante.

5. No olvidemos que la vida es corta. En estos años que he vivido me he dado cuenta que los años pasan muy de prisa, que los planes que tenemos son tantos que no alcanzará la vida para lograrlos, por eso es importante aprovechar el tiempo al máximo porque cada minuto cuenta. Aunque tengo mis metas, sueños y planes futuros trato de vivir un día a la vez, porque cuando se deja a la mente volar demasiado en los planes y los sueños, se pierde la capacidad de vivir en el presente y de trabajar arduamente para convertir en realidad los planes futuros y la persona se queda en la ilusión de soñar. El minuto que pasa es irrecuperable, esta idea me ha ayudado a vivir con mayor intensidad cada instante.

6. Hay que dedicar tiempo a las personas que amamos: padres, amigos pero especialmente a nuestros abuelos. Todas las ocupaciones son importantes, pero éstas pueden esperar de vez en cuando, lo que nunca esperará siempre por nosotros es la vida de quienes amamos. Si no aprendemos a valorarlos mientras están con nosotros, nos lamentaremos amargamente en su ausencia. De manera especial quiero detenerme en los abuelos que, además de que son una fuente inagotable de amor, son también la historia viviente de aquellos años de la familia donde nosotros no estábamos. Ellos -los abuelos- nos pueden brindar información importante sobre nuestra familia, ellos son el nexo entre el pasado desconocido y el presente que vivimos. Dialogando mucho con mis abuelos he aprendido sobre mis orígenes -de mis apellidos-, sobre los errores y hazañas de mis ancestros recientes; lo que me impulsa a crear un espíritu firme para repetir lo positivo y evitar que se repitan los mismos males del pasado en mi familia.

7. Muéstrate positivo, nunca dejes de sonreír. Hay un misterio inmenso en las personas que se muestran optimistas en la vida; generalmente todo les sale bien y si algo les sale mal, su actitud les impulsa a dar lo mejor de sí y cambiar esa situación de “fracaso” en una oportunidad para crecer y ser mejor. Mostrarse positivo, no significa que huyamos enfermizamente del dolor o la tristeza; hay ciertos dolores, hay ciertas tristezas que debemos aceptar para salud y la purificación interior. Ser positivo es ver, incluso dentro de los momentos de tristeza, una brecha para salir adelante y superar esos momentos dolorosos. Por eso, en las dificultades de la vida he asumido el compromiso de enfrentar con optimismo cada situación, de sonreír y de dar la mejor cara a los demás. En mi joven existencia me he dado cuenta que no hay mejor medicina para la vida que los pensamientos positivos y edificantes.

8. No guardes rencor. El rencor es una actitud que destruye el alma propia y nos aleja del ideal supremo de la persona: la felicidad. Siempre es bueno aprender a responder con amabilidad y decencia a aquellos que nos tratan con desprecio. No es una tarea fácil porque todos sentimos la tentación de caer en el juego del odio. He sufrido el desprecio y la discriminación de algunos que, por razones irracionales han mostrado hostilidad a mi persona. A pesar de todo eso, he aprendido a no juzgar aquellas personas  que actúan de ese modo, al contrario, he aprendido a mostrarme respetuoso y cortés. Debo decir que, como humano que soy, siento molestia, indignación, dolor, ira e incomodidad ante el desprecio, sin embargo, hago el esfuerzo de combatir esos sentimientos para evitar que estos me hagan demasiados fríos, porque no quiero que el rencor se convierta en parte de mi vida ya que éste envenena el alma y no deja vivir en libertad.

9. Entiende que el amor es eterno pero no estático. Todos nos afanamos en mantener el amor, ya sea el amor de una pareja o de un amigo de manera estática; pero hay que decir que es imposible, llega un momento en que amor evoluciona y pueden surgir muchas cosas. Es imposible no sufrir de amor. Es algo natural y enriquecedor -sufrir de amor- porque nos ayuda a reflexionar para construir una personalidad más saludable y estable. El amor no se acaba, el amor es eterno, lo que cambia es su forma de expresión.

10. Cada vida cuenta. Todos los seres vivos del planeta tienen una función y su vida debe ser respetada. En la única situación, desde mi punto de vista, que se justifica que se sacrifique un animal, que se corte un árbol o una planta es para supervivencia humana: evitar enfermedades o consumir los alimentos que estos nos proporcionan. Considero un crimen para la humanidad toda acción que involucre la tala de árboles o el asesinato de animales de manera inconsciente y maliciosa.

11. Deja que todo fluya. He aprendido en estos breves años de vida que nada debe ser forzado, las cosas deben dejarse fluir, las cosas deben tomar su curso de manera natural. Cuando nos afanamos en hacer que algo suceda no se da de la forma correcta, crece viciado y enfermo. Lo más bello de la vida es dejar que las cosas tomen su curso, nuestra intervención debe ser mínima, sólo para que éstas se mantengan en su lugar y para evitar que sean influidas por acciones negativas que afecten su sano desarrollo.

12. La muerte es natural y debe ser esperada con paciencia. Lo más bello que existe es la vida porque en ella es el único lugar en el que podemos ser, sin embargo, soy consciente de la temporalidad de la vida para no perder el tiempo y vivir plenamente los breves instantes. He afirmado varias veces que alejarme de la reflexión sobre la muerte es una deshumanización, es una ilusión, es huir de mi destino necesario. La muerte es un acontecimiento que forma parte de la vida porque esta es la conclusión de todos los acontecimientos que vivimos. Siempre he estado en contra del suicidio pero también de la evasión enfermiza de la reflexión sobre la muerte. Debemos entrar en un estado de reflexión que nos ayude a ver este acontecimiento como algo real que, tarde o temprano, tendremos que enfrentar como seres mortales que somos.

Finalmente, la vida es una gran aventura, es una gran experiencia que me ha llevado a disfrutar de muchos momentos que me han proporcionado felicidad. He encontrado que lo más importante es detenernos a pensar, de vez en cuando, en nuestras acciones y la forma como estamos gastando el tiempo. Si gastamos la vida en cosas sublimes llegaremos a la felicidad, si la gastamos en cosas banales estamos condenados irremediablemente, de manera perpetua, al sufrimiento. Un abrazo. Hasta la próxima.

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