-César Canela-
"La imposibilidad en que
me encuentro de probar
que Dios no existe,
me prueba su existencia."
-Jean de la Bruyere
Vivimos en un mundo donde la pluralidad religiosa nos invade casi todos los espacios, donde cada persona quiere hacer a un Dios a su imagen y semejanza, que le cumpla todas sus aspiraciones y caprichos.
Se puede afirmar que todos tienen un Dios e incluso los ateos, porque la dimensión religiosa es propiedad intrínseca de la realidad humana, el hombre se proyecta al más allá, se pregunta por lo que habrá después de la muerte, se pregunta por los inicios del universo. Pero al ver que su realidad es limitada y que muchas veces no encuentra respuestas en este mundo llega a la conclusión de que hay un ser (todopoderoso), en el más allá, que guía, crear y/o organiza el universo. El simple hecho de decir que todo surge de la nada se le está dando entidad (un ser propio) a la nada y se está elevando a la categoría de Dios.
Cada quien tiene una concepción de Dios, a veces errónea, a veces certera, ¿quién sabe?... La idea que debe primar en la definición de Dios es que es absolutamente eterno, poderoso e ilimitado, nunca debe ser un Dios sometido a las cosas del mundo, en otras palabras Dios no existe como existe como el Dios hebreo, ni mucho menos como los dioses griegos y romanos.
"[…] El Dios hebreo anda con el rayo y el trueno. Pero el Dios del Cristianismo no tiene que ver con el rayo, ni el río, ni el trigo […]. Es un Dios de verdad, trascendente y extramundano, cuyo modo de ser es incomparable con el de ninguna realidad cósmica. […]"[1]
En otras palabras se podría decir que Dios no existe porque las cosas existentes están sometidas a tiempo y espacio, principio y fin, sufrimiento (enfermedad y dolor), inmanencia, cambio (corrupción física) y limitaciones de muchas categorías. Dios no está sometido a nada del mundo, Dios actúa por sí mismo en un estado de perfección incorruptible, donde Él es todo lo que es, donde no tiene necesidad de superarse porque está completo en todos sus atributos.
En el único caso que Dios se hizo limitado e incluso asumió la condición humana fue en la encarnación de Jesucristo, el salvador del mundo. Pero su encarnación no fue hecha con el fin de quedarse sometido a nuestra débil naturaleza, sino para abrirnos las puestas al más allá y hacernos partícipes de la eternidad suya.
En consecuencia, “Dios es”; significa que Dios está fuera de nuestro espacio y de nuestro tiempo; sino que está en un lugar supremo, Dios no existe como existen las cosas del mundo. Tampoco nuestro Dios es una simple idea, porque lo estaríamos limitando a nuestro pensamiento, Dios no es ninguna cosa del cosmos, ni de la mente; Dios es el mismo en absoluta personalidad y perfección trascendente.
Es bueno, asumir una sana imagen de la realidad de Dios.
Les motivo a que tengamos una sana imagen de la realidad de Dios y a quienes se proclaman ateos que traten de hacer consciencia y que analicen claramente sobre si en verdad no tienen un dios como ellos dicen. No nos quedemos en la simplicidad del dogmatismo, demos razones de nuestra fe y de nuestra supuesta "no fe" para tener claro en que estamos equivocados y que no.
Un fuerte abrazo, hasta la próxima.
[1] J. Ortega y Gasset. ¿Qué es filosofía? Editorial Espasa Calpe, S. A. Madrid. 2007. Pág. 169
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