-César Canela, Mg-
La vida de uno tiene valor siempre
que uno atribuya valor
a la vida de los demás,
mediante el amor, la amistad,
la indignación y la compasión.
-Simone de Beauvoir
que uno atribuya valor
a la vida de los demás,
-Simone de Beauvoir
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMcBwvSQcNB8UNEgVEG07-t-XxR9f1bMaeB6foHu56mLomfOR2MwMnYjJD5k2q1NA1lVnf71l1NzMJqPSA86yp6jWYuaEEGKdVcDJbqy9Gf_Tyyu7vsNGLXiY_mKGVSx1IHbS0Nw9IML3l/s320/IMG_6766.jpg)
Como joven, pienso que el hombre y la mujer somos partícipes de una misma naturaleza y dignidad que nos hace complementarnos. Evidentemente, hay elementos físicos que establecen diferencias biológicas, pero que estas diferencias no deben ser tomadas, en ningún caso, como una relación de superioridad o inferioridad entre el hombre y la mujer, al contrario, estas divergencias crean una armonía en la que ambos desarrollan un papel en la existencia humana.
Para mí, la sexualidad de hombre o de la mujer, lo masculino o lo femenino, no son más que expresiones de un ser supremo, ese ser supremo es: La Humanidad.
Hombre y mujer somos humanos, somos historia, somos cultura, somos creatividad, tenemos una igual dignidad, la cual debemos defender y ejercitar de manera libre.
La mujer es bella, con características que la hacen distinguirse. La mujer no debe ser reducida a la condición sexual de maternidad, aunque la maternidad sea parte, en algún momento de su vida, de su papel dentro de la historia de la humanidad. Además es erróneo pensar en la mujer fue diseñada para estar atrapada en las paredes de una cocina. La mujer, como dijo Simón de Beauvoir, no sólo nace sino que también se hace.
Así como la mujer, los hombres gozamos de belleza, lo cual también nos hace seres importantes en la naturaleza. Es es equivocado pensar que el hombre debe tener la carga de todo porque esa idea, aunque pareciera justa, es una aniquilación de la importancia de la mujer en la sociedad. También es una aniquilación del hombre porque lo pone en una categoría supuestamente “superior”. Los hombres y mujeres debemos cooperar para conseguir los beneficios esperados.
La sociedad, muchas veces, reduce a la mujer a la belleza y reduce al hombre a la fuerza; esas reducciones sexualistas, discriminatorias son la raíz de muchos males del mundo actual. El mundo de hoy debe ir al ser, evitar conceptos estériles del hombre o la mujer. La tarea de hoy debe ser una defensa de lo humano sin detenernos en la sexualidad, ir más allá, para salvar la dignidad del género humano. Un abrazo, hasta la próxima